Saltillo, Coah.- El aire de la política se respira en el país y no es para menos, pues este domingo 6 de junio se abrirán las urnas para elegir diputados federales en un ambiente bastante polarizado.

La verdad es que estas elecciones son bastante complejas, y abren una disyuntiva que se analiza en El México que se Avecina (HarperCollins, 2021) libro que, coordinado por el periodista Julio Hernández “Astillero”, podría dar un norte sobre qué ha pasado en estos más de dos años que Andrés Manuel López Obrador ha estado en la Presidencia, a través de los 11 artículos que encierra.

Uno de los autores es Arturo Rodríguez, investigador de la revista Proceso, que centra su pluma en el análisis de lo que López Obrador dice y hace en materia de corrupción, quizá su principal bandera política que lo llevó a la silla presidencial.

Para el coahuilense este “discurso presidencial, que tiene como objeto principal erradicar la corrupción, en los hechos no ha representado un cambio a nivel institucional”, pues se ha visto confrontado con “la impunidad, el otro factor del binomio perfecto de todos los partidos”.

Pues aunque casos como el de la exsecretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano de México, Rosario Robles el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya; los generales huachicoleros o el abogado Juan Collado han sido exhibidos como una especie de “hecatombe de las clases políticas tradicionales por la apertura de casos de muy alto perfil, ninguno de estos está cerrado, no hay sentencias”, y es ahí en donde el discurso político de AMLO se estrella, aunque ciertamente hay un cambio, apunta Rodríguez, y que “opera a nivel cultural y consiste en el reforzamiento de un repudio generalizado a las conductas anómalas, irregulares, corruptas de los servidores públicos y de las clases políticas”, siendo este “el único aporte de Andrés Manuel López Obrador en la materia”. 

¿Y en su Gobierno?

Si bien la cruzada de López Obrador siempre ha tenido como objetivo sanear la política del nepotismo, su gubernatura no ha estado exenta de polémicas. Una de ellas ocurrió el año pasado, cuando su hermano Pío López Obrador fue exhibido en un video recibiendo dinero. También está el caso de su prima Felipa Obrador, propietaria de la empresa Litoral Laboratorios Industries, que obtuvo contratos con Pemex.

A pesar de ello, señala Rodríguez, la popularidad del Presidente sigue firme gracias a “un manejo discursivo sumamente hábil para poder mantener una idea de condena generalizada al pasado”

Para el periodista “el Presidente mantiene niveles de aceptación y popularidad muy elevados, precisamente por la condena de ese pasado, pero que voltea muy poco hacia adentro y hacia sí mismo. Si bien es cierto que no nos hemos encontrado con un gran caso de corrupción cometido en el sexenio, hay episodios que en esta coyuntura nos dejan una percepción de impunidad, como en el caso de Romero Deschamps, pero que pueden llegar inclusive a ser más graves, como el caso de su hermano Pío López Obrador o el de su prima Felipa Obrador.

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Tenemos diferentes asuntos que son de una cierta gravedad, pero que no llegan a tener mella en el posicionamiento público del Presidente”, comentó a Zócalo en entrevista.

Libertad de expresión

En este libro se reúnen 11 periodistas como Alejandro Páez Varela, quien trata el tema de la pandemia; Ricardo Raphael, con una mirada hacia la seguridad nacional; Carolina Rocha Menocal, quien escribe sobre la política social, o Claudia Villegas con el tema de la inversión, las empresas y la economía.

Siendo así, un encuentro de puntos de vista diferentes sobre el trabajo del Presidente y de su Cuarta Transformación frente al público que lee los medios de comunicación, otro de los temas relevantes en su discurso.

Para Rodríguez esto tiene que ver con que el Presidente “suele repartir expresiones para todo aquello que ponga en entredicho su proyecto de Gobierno” bajo el argumento “victimista de ser el presidente más atacado de la historia”, con la cual el periodista no está de acuerdo, pues de aceptarlo “estaríamos obviando diferentes episodios periodísticos que arrojaron luz sobre hechos auténticamente trascendentes, inclusive con los temas relacionados con corrupción y que ahora forman parte de su narrativa y de lo que se está persiguiendo en el ámbito de procuración e impartición de justicia”.

Entre estos pueden mencionarse La Estafa Maestra y El Caso Oderbretch, entre otros, estos son “episodios que no nos permiten asumir de manera definitiva su afirmación, pero esta es eficaz porque al resultar descalificados los medios y los periodistas en general, lo que queda es aquello que sirve para su promoción personal, es decir toda esta cauda de comunicadores militantes, y me refiero específicamente a bloggers y youtubers que están prácticamente acaparando las ruedas de prensa mañaneras con una posición comedida que no corresponde a lo que el periodismo debería o tiene que hacer”, apunta.