Negocios
Por Grupo Zócalo
Publicado el sábado, 9 de noviembre del 2024 a las 04:17
Ciudad de México.- El regreso de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos no ha generado el mismo temor en la industria automotriz que su primera victoria en 2016. Entonces, la posibilidad de aranceles severos hacia México se percibió como una amenaza para la economía mexicana, y específicamente para la industria automotriz, altamente interdependiente con el mercado estadunidense.
Sin embargo, en este nuevo contexto, su reelección, paradójicamente, podría representar una oportunidad para reorientar y fortalecer la industria en la región de América del Norte, en momentos en que los fabricantes enfrentan la rápida expansión de las marcas chinas, especialmente en el ámbito de la electrificación.
China se ha posicionado como líder global en la producción de vehículos eléctricos, y su creciente influencia en el mercado internacional ha puesto en alerta a los fabricantes de Occidente. Trump, conocido por su postura de frenar el avance económico chino, podría ser visto como un contrapeso para reducir esta competencia y permitir que las automotrices norteamericanas, e incluso las japonesas, ganen tiempo en su adaptación hacia la electrificación.
Miguel Barbeyto, presidente de Mazda en México, se muestra optimista ante el cambio de liderazgo en la Casa Blanca. Para la automotriz japonesa, que ha priorizado los vehículos híbridos en lugar de una transición total a lo eléctrico, el regreso de Trump representa “una oportunidad de recalibrar la estrategia”.
Según Barbeyto, la política proteccionista de Trump podría beneficiar a Mazda y a otros fabricantes que aún no han logrado una alta penetración en el mercado estadunidense de vehículos eléctricos, un segmento que recibió un fuerte impulso durante la administración del demócrata Joe Biden. Además, se espera que, al igual que en su primer mandato, la visión de “Make America Great Again” promueva políticas dirigidas a captar inversiones, generando un impulso en toda la región.
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Nosotros habíamos previsto dos escenarios: uno en caso de que ganara uno (Harris) u otro (Trump). Lo que estamos viendo ahora es una economía que puede impulsarse y, si le va bien al ‘hermano mayor’ -Estados Unidos-, a nosotros también nos irá bien”, explicó Barbeyto.
Entre 2017 y 2020, durante la primera Administración Trump, la economía estadunidense registró un crecimiento promedio del 2.3% anual y el desempleo se redujo hasta un histórico 3.5% en 2019, previo al Covid-19. En cambio, la administración de Joe Biden, marcada por las repercusiones de la pandemia y el reto de controlar una inflación elevada, enfrentó una recuperación desigual. La inflación alcanzó niveles altos, de 9.1%, en 2022, y el crecimiento económico experimentó una desaceleración en 2023.
Los mercados financieros también han reaccionado con mayor tranquilidad ante esta reelección. En 2016, el triunfo de Trump generó una fuerte volatilidad en México, y el peso alcanzó una depreciación histórica frente al dólar. Sin embargo, en esta ocasión, los mercados se mantuvieron estables; tras los resultados preliminares, el tipo de cambio se ajustó a 19.92 pesos por dólar, luego de un pico de 20.80.
Para la industria automotriz, un entorno favorable en Estados Unidos es clave para atraer inversiones en la región, especialmente ahora que el país busca reducir su dependencia de China y aprovechar las ventajas del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). El acuerdo ha sido un pilar para la competitividad regional y la integración de cadenas de suministro en América del Norte, un factor decisivo para empresas como Mazda.
La reelección de Trump plantea desafíos y oportunidades. Para la industria automotriz, se trata de un momento de ajuste, donde cada fabricante deberá evaluar su estrategia en función del avance de la electrificación, la competencia china y las políticas del nuevo gobierno estadunidense.
Marcas chinas, firmes en México
Por otra parte, se estima que la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos no desanimará las inversiones de fabricantes chinos de vehículos eléctricos en México, ya que pueden enfocarse en el mercado local y evitar exportar autos a territorio estadunidense.
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Tenemos la impresión de que no se generarán grandes cambios en las inversiones de China, sino una focalización en el mercado interno mexicano, que ya es muy atractivo por sí solo, así como un énfasis hacia Latinoamérica. Podemos esperar ya una formalización de inversión por parte de las empresas chinas Changan y BYD”, indicó , afirmó Luis Felipe Alcántara Pozos, asociado en RCPH Servicios.
Actualmente, existen anuncios de inversión de proyectos de electromovilidad en México por más de 7 mil millones de dólares, de los cuales se estiman que alrededor de 3 mil millones de dólares podrían ser aportados por la marca china Changan.
En tanto, la empresa china BYD mantuvo en suspenso el monto de inversión en México por el periodo electoral en Estados Unidos, sin embargo, Jorge Valle, director general de la empresa, afirmó en conferencia con medios de comunicación, que sí construirán una planta de vehículos en el país y que era “una decisión de negocios que ya está tomada”.
Donald Trump prometió como candidato a la presidencia de su país que en caso de que los fabricantes chinos quisieran vender sus vehículos desde plantas establecidas en México, les impondría un arancel de 200 por ciento.
Energía, en la mira
En contraste, los irritantes en materia energética respecto al cumplimiento del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) seguirán siendo una alerta para el país bajo la Administración de Trump, consideró Jorge Molina, especialista en política pública.
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La queja sobre energía sigue siendo vigente para la Oficina del Representante Comercial de EU (USTR, por sus siglas en inglés), por lo que seguirá siendo una prerrogativa de Estados Unidos el solicitar el panel de solución de controversias cuando lo considere oportuno y no veo cómo podría negociar México para evitar que se lleven a cabo”, dijo.
El especialista prevé que las empresas estadunidenses buscarán cabildear con el Gobierno de Trump para presionar al Gobierno mexicano.
En julio de 2022, el gobierno de Joe Biden solicitó una consulta de resolución de disputas en contra de México, bajo el argumento de que varias acciones y reformas impulsadas por la política energética del expresidente Andrés Manuel López Obrador, afectaban a los inversionistas estadunidenses establecidos en el país. El caso sigue abierto.
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