Coahuila
Por Ramón Rocamontes
Hace 4 semanas
Todos y cada uno de nosotros en cada etapa de nuestra vida, pretendemos o hemos pretendido ser las o los mejores en cada actividad que hacemos en cada actividad en nuestra escuela, el deporte, en el trabajo y en cada objetivo que nos proponemos.
Desde muy pequeños, nos enseñaron a ser competitivos, y es que hay quienes caminaron antes que otros y a hablar antes de determinada persona; desde niños queremos ganar.
Saber ganar en el deporte, en la escuela, en el trabajo y en la vida; sin duda alguna hace diferencia y se presenta en los resultados que te planteas en todo lo que emprendas.
Sin duda alguna que, como seres humanos, en la actualidad, en una sociedad de resultados, el ser el mejor, es medido por los resultados, el ser ganadores o perdedores; sin embargo, hay ingredientes fundamentales que te llevan a obtener los resultados que requerimos con un buen entrenamiento mental.
Si bien es cierto, que el trabajo físico, el técnico dependiendo del plano, ya sea deportivo, académico o laboral, requieren de una competencia que este a la altura y exigencia que el momento te lo requiera, al igual que el táctico, pero para llegar a ser fuerte mentalmente, sin duda alguna hay que saber controlar tu mente para lo que debes hacer en el momento adecuado y eso se entrena.
Los componentes mentales de cualquier situación, son sin duda, los pensamientos, y el primer lugar donde se pierde la victoria, un examen, una determinada acción; es justamente en los pensamientos.
Algunos de los componentes mentales de un juego, un trabajo, son esos mismos pensamientos, sin duda alguna que las creencias, el estrés, la autoconfianza, el control emocional, la motivación, son variables que intervienen en cualquier tipo de rendimiento, personal, deportivo, académico o laboral.
Cada una de ellas, tiene una influencia importante en la toma de decisiones, rendimiento y el control de los pensamientos, y el saber contar con herramientas que te ayuden a tener una adecuada autorregulación, colaborará a mejorar tu habilidad para ejecutar de mejor manera lo que emprendas.
Siempre que se da un resultado que no es el que deseamos, principalmente en el deporte; observaremos en la prensa, encabezados, “Les faltó mentalidad”, “Les faltó Motivación”, quizá por ahí veremos también declaraciones, en donde se dice que “No estábamos preparados mentalmente”, o bien nos “Faltó Actitud”.
En fin, una serie de textos o entrevistas donde se denotan muchas cosas, pero lamentablemente, lo que menos se percibe en la mayoría de las ocasiones, es el conocimiento real de lo que pasan los protagonistas, los entrenadores, además de colaboradores que están en el meollo del asunto y esas personas externas, no tienen la idea de cuales pudieran ser estos componentes mentales, tanto en el deporte, en la escuela, trabajo o bien la vida, para poder lograr el éxito y es que el que no hace nada, no se equivoca.
Y dicho desde una trinchera de mucha humildad, nos encontramos en una época, donde la sociedad es resultadista, ya que en la mayoría de los casos, se pretende obtener todo sin proceso y en muchos casos sin el conocimiento de lo que vive en este menester.
La idea de escribir sobre este tema y en esta ocasión, es con la finalidad de exponerte amigo o amiga lectora, sobre los factores mentales, que están presentes, no sólo en el deporte, si no en la vida cotidiana, en la escuela y el trabajo, para analizar su influencia y aprender a como entrenar y llegar a dominar situaciones cotidianas que nos suceden.
Sin lugar a dudas, podemos ganar y perder y siempre esto, será una cuestión de cabeza, pero también de temas en donde no encontraremos un fin de felicidad para todas las personas involucradas.
En la actualidad existen muchas personas, atletas, deportistas, profesionales en su trabajo y en la vida, que saben hacer visualizaciones y técnicas de relajación, sin embargo, cuantas más y muchas, diría yo; que piensan que eso no sirve, ¿Que para que hacerlo?.
Sin embargo, está comprobado que las personas que establecen objetivos, realizan técnicas de relajación y visualización; incrementan en un alto porcentaje su grado de logro de metas y lo que se plantean, no solo en el deporte, en la vida misma.
En el deporte profesional, en empresas, en escuelas y desde luego en la vida, muchas personas, inician su día, con sus rutinas o bien su trabajo de meditación y diversas técnicas, que los ha llevado incluso a mejorar su calidad de vida y lo mejor, a estar por encima del promedio de la gente.
Muchos atletas olímpicos, jugadores profesionales, deportistas universitarios y también del deporte de iniciación o juvenil, utilizan dichas técnicas, pero también directivos de altos niveles lo hacen. ¡Si tú lo deseas también, lo podrás hacer!. La invitación a acercarse con los profesionales para adquirir dichas herramientas que, en verdad, hacen diferencia.
Entrando en materia, el estrés, es una variable que interviene en el rendimiento de cualquier índole, y es el punto de partida de esta ocasión; y fundamental sería saber controlarlo, pero ¿Quién nos enseña a gestionarlo?.
En la actualidad, desde el nivel primaria, un deber ser, sería ayudar o dar las herramientas a las y los niños, sobre la gestión de las emociones, que en pleno Siglo XXI, estamos a años luz, de poder tener un trabajo multidisciplinario para lograr este cometido a nivel educativo, en el deporte y a niveles académicos, incluso en las empresas, y en este mes de la salud mental, que es el mes de mayo, sería relevante poner atención a este menester y aunque mucha gente, clubes y agrupaciones lo hacen, otros muchos más, no le ponen atención.
Hablar del estrés, es hablar de un prejuicio o un estereotipo, sin embardo el estrés no es tan malo como se ha venido manejando.
Existen el estrés negativo, que se denomina el “distrés”, ya que provoca ansiedad y que las personas tengan síntomas físicos y psicológicos como irritabilidad, insomnio y desde luego lo más relevante, la falta de concentración que replica en una baja atención.
Por otro lado, el “eustrés, es el estrés que nos ayuda a saber hacer, lo que sabemos hacer; es decir que motiva a enfrentar nuestros desafíos, por ejemplo, al presentar un examen, en un principio no tenemos la respuesta de una determinada pregunta, sin embargo, al asociar determinados puntos estudiados, nos lleva al logro de obtener lo que sabemos hacer, para contestar de manera adecuada.
Hablar de estrés, es hablar de la hormona del cortisol, conocida coloquialmente como “la hormona del estrés”, y es que el cortisol desempeña un papel protagonista en la mayoría de los procesos fisiológicos que hacen que tu cuerpo funcione. Pero en los últimos años, se convirtió en víctima de su propia fama, y la gente culpa a los presuntos desequilibrios de la hormona de dolencias como la “fatiga suprarrenal”, el aumento de peso, el agotamiento, la ansiedad, los dolores de cabeza y más.
El saber que determinada situación, detona que tengamos una intensidad del estrés, nos puede ayudar a regular la situación, hasta adaptarlo al nivel que mejor te con venga, para así rendir a tu máximo potencial.
Cuando entendamos cuáles son los síntomas de estrés que nos detonan y admitamos que existan situaciones que dependen de nosotros y otra que no, estaremos en el inicio de poder controla el estrés, antes de un partido, un examen o bien una importante entrevista de trabajo o la presentación de un proyecto importante.
La habilidad que se requiere para controlar el estrés durante un partido es mucho menor que la que se requiere para hacerlo antes del partido.
Actualmente en las Neurociencias, se habla de la Neuroplasticidad y Neurogénesis, donde aprendemos nuevas habilidades. Un punto sería programar de mejor manera nuestros pensamientos.
Otra de las variables que intervienen en el rendimiento, es el “Nivel de Activación”, en cada situación, en juego, en un examen, la presentación de un proyecto o bien una entrevista de trabajo.
Y amiga o amigo lector, se preguntarán, ¿Cuál es el nivel óptimo de Activación?, para alcanzar tu máximo nivel.
No existe un nivel óptimo, ya que cada persona es diferente una de otra. Habrá personas que corregirás con una palmadita en la espalda, otras, hablando fuerte o bien, unas más, motivándolas. ¿Entre cuales se encuentra usted?.
Te propongo, que hagas una introspección, para que te enfoques en las sensaciones que se presentan, cuando hay una situación atencional o disruptiva, en tu vida, cuando hay situaciones estresantes, donde identifiques tu capacidad de respiraciones, falta de concentración, agarrotamiento físico, entre otros indicadores y enumera del 1 al 10, y que calificación le das, en orden de importancia, desde el 1 como menor nivel de activación y el 10 como máximo; de ahí la identificación para darles el orden e importancia y darle un orden para saber identificar estas situaciones.
El aprendizaje en este ejercicio, es saber identificar, que nivel de activación tenemos en determinada situación y saber gestionar el estrés que se presente, poniéndole un número, para entender que un nivel optimo de activación es el que nos ayuda a hacer lo que sabemos hacer, en el momento adecuado y también el nivel de activación tienes cuando te levantas, cuando te duermes, cuando tienes una situación o compromiso, para saber como comportarte en determinada acción.
Y aunque no hay un nivel optimo para una persona determinada; uno puede jugar o actuar con un 9 y otras personas con un uno. En donde los menores, son menos activados y los mayores, más activados.
Anteriormente lo mencioné, que el estrés no es tanto negativo, sin embargo, si lo sabemos gestionar, obtendremos mejores resultados en nuestro entorno, sea deportivo, laboral o académico.
Te dejo de tarea, que deberíamos aprender a identificar, cómo se manifiesta el estrés en cada uno de nosotros.
Y reconocer el nivel de activación que experimentamos, en cada momento, bajo estrés, previo a un juego, antes de un examen, ante una situación laboral, una entrevista de trabajo, y es que el estrés te lleva a cometer errores, a la falta de concentración, por eso es importante aprender a gestionarlo, no a tacharlo como una situación negativa, ya que los atletas, los deportistas, los estudiantes o las personas que tienen los medios adecuados para controlarlo, y canalizarlo de manera correcta, son los que están por encima de la media de las personas.
Es importante, no esperar a que suceda una crisis, o una situación, para empezar a trabajar nuestra mente, ya que existen muchas herramientas para desarrollar una mente ganadora, que te lleve a ganar con la cabeza.
La invitación a acercarnos con las personas especialistas, pero sobre todo a entender y aceptar que muchos partidos, muchos exámenes y muchas oportunidades, se pierden con la cabeza, antes de que se lleven a cabo, por los pensamientos disruptivos que dejamos que ingresen a nuestra mente. Entrena tu mente y gana con la cabeza. Nos vemos en el seguimiento de este relevante tema.
¡Hasta la próxima!
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