Estocolmo.- Un tribunal de Estocolmo desestimó el jueves una demanda de la Academia Sueca, conocida por conceder el Premio Nobel de Literatura, que quería impedir que un grupo neonazi se apropie de poemas clásicos.

La institución había iniciado un proceso para impugnar la publicación de varios grandes poemas suecos -de autores como Esaias Tegner (1782-1846), Viktor Rydberg (1828-1895) y Verner von Heidenstam, así como de obras de la época vikinga- en una web gestionada por el Movimiento de Resistencia Nórdica (NMR), una organización neonazi surgida en Suecia a finales de los años 90.

La Academia dijo que esa publicación era “contraria a los intereses de la cultura” y que las obras en cuestión estaban protegidas por la ley de derechos de autor, que protege las obras clásicas incluso mucho después de la muerte del autor o de la expiración de los derechos.

Take a look at Literature Laureate Tomas Tranströmer’s notebook. The poet was born on this day, 15 April, 90 years ago.

He began using this notebook when he was just 15 years old. On the page pictured is a draft of the first poem in his debut collection ‘Seventeen Poems’. pic.twitter.com/zhqbHl3Om8

— The Nobel Prize (@NobelPrize) April 15, 2021

La institución relacionada con el Nobel dijo que los poemas no podían publicarse junto a material “potencialmente delictivo o que, como mínimo, exprese comentarios despectivos u ofensivos sobre grupos étnicos”, ya que esto presentaría los textos “en un contexto ajeno y ofensivo”.

Es la primera vez que esta cláusula, que se remonta a la creación de la ley de derechos de autor en 1960, se invoca en un caso judicial.

Pero la protección de las obras clásicas solo puede invocarse ante los tribunales cuando la obra en cuestión ha sido modificada, dijo el NMR, que explicó que había publicado los textos en su forma original, sin modificaciones.

El tribunal especializado en propiedad intelectual que juzgó el caso dictaminó finalmente que “la amplia interpretación planteada por la Academia podría tener consecuencias para la libertad de expresión y de prensa” y, por tanto, decidió rechazar la solicitud, explicó el juez Tomas Norström.