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Negocios

La empresa y su entorno ecológico-social

Por Federico Muller

Hace 2 años

Las compañías, corporativos industriales y establecimientos comerciales han cambiado paulatinamente el nombre del área de la empresa que manejaba la relación laboral con sus trabajadores, adquiriendo diferentes matices la forma de llamar al operario y empleado; en Saltillo, por lo menos, en las primeras cinco décadas del siglo pasado, se le llamaba jefatura de personal al espacio administrativo, generalmente dirigido por un contador de academia, que se encargaba de tramitar contrataciones, despidos, permisos, etcétera; después llegaba el título de Recursos Humanos, y ahora en muchas compañías, particularmente en el sector de aseguradoras y bancos de inversión, se le conoce pomposamente como capital humano; así también, las responsabilidades y obligaciones de las mismas se han multiplicado, pero ante la sociedad y el Gobierno. Esos “nuevos deberes” que dicta el contexto socioeconómico que nos está tocando vivir, en donde la inclusión, el entorno ecológico, la paridad de género, el trabajo infantil, entre otros.

Han sido aspectos que también empiezan a considerar las agencias certificadoras, en sus evaluaciones, que realizan a las factorías en su desempeño cotidiano: financiero, administrativo y de producción. Procesos y resultados. Los parámetros generalmente utilizados para medir la rentabilidad de la planta productiva, eran la minimización de los costos de producción y la maximización de las utilidades, si cotizaba en bolsa sus resultados influían en el valor de las acciones que emitía, las cuales podrían ser de interés para los inversionistas. Sin embargo, en el siglo 20, se acuñaba el acrónimo ESG (Environment, Social and Governance), que se puede traducir al español como: medio ambiente, social y gobernanza, obviamente corporativa.

En el caso del sector industrial, esos tres nuevos criterios abrían la perspectiva del análisis bursátil o financiero de la empresa, pues ya no la limitaban solamente al aspecto económico, sino que involucraban la sustentabilidad ambiental, la sociedad y las políticas internas que se manejan entre los cuadros directivos y los accionistas o dueños. Por ello, el inversionista, antes de invertir en alguna compañía, podrá conocer la participación de esta en el entorno ecológico y social.

Medio ambiente. Aunque el ESG, se puede aplicar a cualquier sector de la economía, en el caso que nos ocupa hacemos referencia solo a la compañía que participa en un mercado de bienes, pero que también influye en el entorno ecológico, a través de su consumo de agua y si esta es tratada en plantas y reutilizada; o dispone de filtros ecológicos en el desarrollo de sus procesos de producción, que limitan la emisión de gases tóxicos a la atmósfera. También se considera el manejo que le da a los residuos sólidos y líquidos que genera, si estos últimos se vierten al sistema de drenaje municipal o los confina en depósitos para su posterior tratamiento químico o se deshace de ellos, contratando a negocios especializados en la materia.

Otro ejemplo sería si contribuye con recursos monetarios para financiar proyectos de reforestación que lleva a cabo el Gobierno o alguna organización civil, etcétera.

Social. Este criterio es muy amplio, pues considera a la comunidad o ciudadanía, y como se ve afectada o beneficiada por la presencia de la empresa en la región. Sin embargo, lo acotaremos a dos factores: recursos humanos y transporte. El trato que reciben los trabajadores de parte de sus superiores, si su salario es “decente”, y les permite satisfacer las necesidades básicas que exige el entorno socioeconómico, y es válido mencionar, los asalariados se sienten comprometidos moralmente con sus empleadores, en resumen qué importancia se le da al recurso humano en la agenda del director o gerente empresarial. Una de las externalidades negativas que afectan a la comunidad, particularmente al transporte público y al automovilista han sido los congestionamientos viales ocasionados por las plantas industriales, particularmente en las horas pico de tránsito, debido a la entrada y salida de los trabajadores. Verbigracia, es el caso de la zona sur de Saltillo, en el parque industrial Derramadero, el cual propicia los cuellos de botella del transporte que se forman y alargan cronológicamente los viajes entre el origen y destino.

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