Saltillo
Por Carlos Rodríguez
Publicado el lunes, 14 de junio del 2021 a las 03:00
Saltillo.- Luego de que se diera a conocer que un presbítero de la orden Franciscana, originario de Monclova, Coahuila, falleció en fuego cruzado entre grupos delincuenciales cuando se dirigía a oficiar misa en la comunidad de Tepehuana de Pajaritos en Durango, la Conferencia del Episcopado Mexicano expresó la consternación y rechazo a la desgracia que acabó con un sacerdote que apenas hace un año se había ordenado.
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Es una gran pena porque fray Juan Antonio Orozco es oriundo de aquí de Monclova, apenas tenía un año de ordenado, y nos duele la pérdida, nos duele también este sentimiento de impotencia, de injusticia, en el sentido de que el que no tiene nada que ver es el que sale muerto”.
Degradación del tejido social
Monseñor Hilario González refirió que este tipo de daños a la vida, debido a la violencia entre grupos del crimen organizado, deja en evidencia la degradación del tejido social, en la que pone el crimen organizado ciudades en jaque.
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Que las cosas se arreglen a balazos ya no es digno de una sociedad de nuestro tiempo; que las cosas se rigen por la ley del más fuerte, que el que tenga más parque, o más poder, o más armas sea el que controle, pues está difícil”.
Pide por sacerdotes en zonas violentas
Cuestionado sobre la percepción de seguridad que tiene en esta Diócesis, dijo que no siente que la violencia esté en esos niveles y que se siente seguro ejerciendo su ministerio, pero elevó una súplica por todos aquellos sacerdotes que evangelizan en poblados y ciudades violentas, así como por el arrepentimiento de los delincuentes.
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