Arte
Por Agencia Reforma
Publicado el viernes, 11 de octubre del 2024 a las 12:13
Ciudad de México.- El Premio Nobel de Literatura 2024 concedido a Han Kang es el primer reconocimiento a una escritora asiática y a la lengua coreana en 123 años de historia del galardón literario más importante del mundo.
La autora nacida hace 53 años en Gwangju, Corea del Sur, no figuraba como la más probable a llevárselo este año en que “la ruleta geopolítica de la Academia Sueca apuntaba a Asia”, refiere el narrador y ensayista Mauricio Montiel Figueiras. Pero la decisión resulta incontrovertible dada la calidad de su obra.
“Sí sorprende que haya sido Han Kang, porque, primero, es una mujer bastante joven”, apunta en entrevista el escritor, quien también perfilaba como ganadora a la china Can Xue.
“Pero la verdad sí me dio mucho gusto que una autora de este calibre fuera reconocida”.
La escritora surcoreana Han Kang es distinguida con el Premio Nobel de Literatura 2024
El autor de El funeral descubrió la literatura de Han a través de La vegetariana, angustioso título que aborda la insumisión y también la violencia masculina, que en 2016 granjeó a la surcoreana el Premio Booker Internacional y la catapultó al estrellato literario más allá de su país.
“Me dejó muy impresionado esta capacidad de, con una prosa muy asiática, muy de filigrana, ir tejiendo una historia cada vez más compleja, cada vez más profunda”, recuerda Montiel Figueiras sobre esta novela en la que una mujer, al decidir dejar de comer carne por violentas pesadillas que no la dejan dormir, desciende por una ruinosa espiral.
“Es muy inquietante, muy siniestra en el sentido kafkiano”, la califica el narrador y ensayista.
“Pienso que es una novela muy kafkiana, y vamos viendo el proceso de degradación física y psicológica de la protagonista”.
“La vegetariana es realmente espectacular, sin duda. Una literatura con trasfondo feminista, con temas muy actuales que hoy están en la mesa de la conversación y en las discusiones”, opina, por su parte, Andrés Ramírez, director editorial de la División Literaria y de Bolsillo de Penguin Random House México, en cuyo catálogo se encuentran ese libro y también La clase de griego.
Seis mil reimpresiones de cada uno de esos dos títulos, a decir del editor, puso en marcha el gigante editorial apenas se difundió el fallo de la Academia Sueca a favor de Han, “por su intensa prosa poética que afronta traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana”.
“Estamos muy contentos. Haremos todo lo posible por que llegue a muchos lectores, que se difunda esta literatura de ella, y en general la coreana, que son literaturas que se conocen poco”, enuncia Ramírez, agregando que también decidieron adelantar para este año el lanzamiento de su más reciente novela, Decir adiós es imposible, la cual trata de un levantamiento entre 1948 y 1949 en la Isla Jeju, en la que miles de personas fueron asesinadas.
Tal línea vendrá a sumarse a la de Actos humanos, obra donde Han retoma la masacre de cientos de estudiantes y civiles a manos del Ejército surcoreano en Gwangju, en 1980. No es un registro documental ni ensayístico, sino una exploración sentimental de la pena y el dolor, pero también de la fuerza, el optimismo y la libertad.
“Convertiste las dolorosas heridas de nuestra historia moderna en gran literatura”, la elogió este jueves el Presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol.
Una autora que va edificando a partir del duelo y del dolor, “del dolor psíquico que causa la pérdida, la ausencia”, estima Montiel Figueiras, quien ve esto presente en varias de sus obras.
“El impacto de la pérdida en la psique femenina, sobre todo. Han Kang es una autora que se preocupa mucho por contextualizar el dolor de la mujer en la época contemporánea. Eso me parece fundamental”.
“Mi padre era un novelista joven y pobre (Han Sung-won), pero nuestra casa estaba llena de libros. Éramos muy pobres. Fui a cinco colegios diferentes. Mi infancia es una historia de libros”, contestó Han al español Jorge Carrión durante una presentación de La clase de griego -libro con guiños a su pasión por Jorge Luis Borges- en Barcelona.
Criada en ese ambiente literario, la autora decidió estudiar Literatura, y empezó a publicar poemas y relatos cortos en la década de los 90, misma en la que también debutó como novelista.
Desde hace varios años ha sido una figura célebre de la escena literaria en Corea del Sur, con ocho novelas, cinco colecciones de novelas cortas y dos libros de ensayos en su haber. Se ha traducido a una treintena de idiomas, incluido el español, con apenas cuatro de sus obras.
Una de ellas es Blanco, volumen que “recorre las coordenadas del dolor con precisión de cirujana”, definió la escritora y poeta Isabel Zapata en la Revista de la Universidad de México.
“El libro entero está estructurado alrededor de una lista de cosas blancas -vendas, arroz, canas, leche materna, grullas, las pequeñas píldoras para mitigar la migraña que Han Kang padece desde la adolescencia- que juntas van formando el paisaje nevado del luto por su hermana mayor, su onnie, que falleció a las pocas horas de haber nacido.
“Es novela y es poesía y es una serie de oraciones lanzadas al vacío. Es una meditación sobre la ausencia y el dolor, es un sueño ligero”, escribe Zapata, destacando aquellas oraciones “tan claras que deslumbran” y las palabras cargadas de significados.
En el capítulo que lleva por título “Arena”, Han plasmaría: “Además, ella se olvidaba con frecuencia / de que su cuerpo (como el de todos nosotros) / era una casa de arena. / De que había estado y estaba desmoronándose. / De que se escurría incansable entre los dedos”.
“Su estilo es bastante directo, austero, exento de adornos. Supongo que por ‘prosa poética’, la Academia Sueca se refiere a su habilidad para comunicar emociones y situaciones muy complejas y perturbadoras con una calma en extremo contrastante, lo cual crea esta especie de efecto lírico en su obra”, comenta a REFORMA el escritor Luis Panini, para quien el Nobel a Han también fue inesperado, pero no una sorpresa total.
Ya hace unos años, habiendo leído tres de sus novelas y un cuento largo, Panini vislumbró cuán meritorio de este galardón era el quehacer de la surcoreana.
“Escribe con la misma pasión pasajes desconcertantes y otros que producen un efecto calmante inmediato. El trauma parece ser su materia prima, moldeándolo cíclicamente en crescendos físicos y emocionales. Que le den el Premio Nobel de Literatura 2021 a Han Kang”, redactaría el regiomontano en ése momento.
Hoy esto es una realidad que marca un hito para toda una lengua. Y sólo debieron pasar 123 años para ello.
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