Ciudad de México.- En 2020, México produjo 118.7 millones de hectolitros de cerveza, una baja de 4.7 por ciento respecto a los resultados del año anterior. Ello significa la primera caída en producción para la industria nacional en 12 años.

“Para una industria como nosotros el haber estado cerrados y parar la producción por 60 días tuvo un impacto importante en el desempeño de la industria” , señaló en entrevista con MILENIO Karla Siqueiros, directora general de la cámara de la industria, Cerveceros de México.

A pesar de que la agroindustria era considerada una actividad esencial, desde abril y hasta principios de junio la industria cervecera mantuvo sus operaciones cerradas ante las restricciones por la pandemia de covid-19.

El sector no veía una caída desde la crisis del 2008, cuando el sector reportó una baja en su actividad de 2.8 por ciento; las afectaciones por la emergencia sanitaria relacionada con el coronavirus hizo que la afectación en 2020 fuera más pronunciada.

“Cuando estuvimos cerrados, la caída fue en pico. La recuperación fue ágil; esto habla de la capacidad que tuvimos para recuperarnos en poco tiempo, que se relaciona con la capacidad instalada que tenemos y el talento de la gente. Seguimos siendo una potencia, una referencia en el mundo como país productor y el país número uno en exportación”, sostuvo la directiva.

De la producción, las exportaciones fueron de 37.6 millones de hectolitros, una disminución de 6.2 por ciento.

Durante el año el país alcanzó un superávit comercial de 4 mil 645 millones de dólares, es decir 118 millones de dólares menos que en 2019. En tanto, la cerveza, que es el principal producto agroindustrial de exportación del país, pasó de representar 25 a 22 por ciento de las exportaciones del sector.

“El impacto fue global. Hubo un impacto muy fuerte en la economía global y lo vimos en los países a los que exportábamos y fue algo que se pudo apreciar en muchos ámbitos. Por otro lado, tuvimos que empezar y reanudar operaciones con muchas restricciones en cuanto a funcionamiento, aforo de las propias plantas productivas y sumado a eso, las restricciones locales que tuvimos, que en algunos eran totales a la venta, en algunos parciales y en otros incluso a la distribución con cierres de puntos de venta”, destacó.

A lo largo del año, el sector utilizó 86 por ciento de su capacidad instalada; en años anteriores el nivel de uso era de cerca de 90 por ciento de su capacidad instalada y aunque con el porcentaje trabajado pudieron tener un desempeño adecuado y mantener sus niveles de producción, actualmente el sector opera con 93 por ciento de su capacidad instalada, con el fin de recuperar lo que se perdió el año pasado.

“Originalmente el esfuerzo de la industria por mantener los empleos fue muy grande y representó luchar contra corriente porque estábamos parados, pero el compromiso fue mantener el empleo lo más saludable posible para poder reactivar y echar a andar la industria. Se podrán venir decisiones importantes que se tomen en las grandes compañías”, afirmó Siqueiros.

Agregó que la industria está en comunicación periódica con las autoridades para colaborar con ellos y afirmó que es importante que se puedan mantener los empleos y que se recupere el consumo para tener un desarrollo.

“Nos hemos ido adáptanos sociedad, autoridades empresas, es una coyuntura que no se veía . La recuperación dependerá en buena medida de las soluciones al tema de salud; y luego cómo resolvemos entre todos la pérdida de capacidad productiva en muchos países y sectores; la recuperación será paulatina y dependerá mucho de la evolución del tema sanitario. Es un aliado en la recuperación económica del país”, dijo por su parte Manuel Cedillo, director de Estudios Económicos para la cámara.