Saltillo, Coah.- El 27 de julio de 1910, el Teatro García Carrillo fue inaugurado luego de cuatro años de construcción, como símbolo del Saltillo cosmopolita de la agonizante era porfirista.

La ceremonia a la que acudió lo más granado de la sociedad estuvo encabezada por el entonces gobernador Jesús de Valle.

Se trataba de una portentosa obra arquitectónica que presumía de contar con lo más avanzado de la tecnología de principios del siglo pasado, lo cual incluía un telón de asbesto, la última novedad en material antiinflamable, lo cual garantizaba que un incendio jamás se produciría en aquel majestuoso inmueble. Esa fue la razón por la que nunca estuvo asegurado contra ese tipo de siniestros.

Arturo Villarreal Reyes, arquitecto y actual subdirector del Patrimonio Cultural del Icocult, realizó una investigación a fondo de las posibles causas del incendio que arrasó con el Teatro García Carrillo el 3 de septiembre de 1918.

DUDANDO SE LLEGA A LA VERDAD

Villarreal Reyes no se conforma con la versión más difundida al respecto, la cual refiere un castigo divino por la osadía de poner en escena la pieza “El Loco Dios”, del Premio Nobel de Literatura de 1904, José Echegaray y Eizaguirre.

Sus teorías apuntan hacia la perturbación de algunas conciencias por la presentación de una bailarina exótica de fama mundial en la época, o bien, la indignación popular contra la fastuosidad del inmueble y lo que representaba en la escala de las clases sociales.

En su libro “Teatro García Carrillo: Crónica de un Incendio” Villarreal Reyes reseña que ese martes 3 de septiembre de 1918 se ofrecía una cartelera digna de los grandes públicos. Se anunciaba nuevamente “El Loco Dios”, y al día siguiente Norka Rouskaya ofrecería su ovacionada “Salomé”.

Nada de eso llegó a presenciarse. A las 19:20 horas, el incendio consumiría aquella misma noche gran parte del edificio.

La información que se tiene al respecto asegura que una falla en el transformador originó el siniestro, sin embargo, el arquitecto Villarreal Reyes duda de que haya sido así, principalmente porque las instalaciones eléctricas estaban entre las paredes de piedra y cantera. “Es muy probable que algún fanático haya esparcido combustible tanto en las tablas del foro como en las butacas de madera, de modo que el fuego se propagó rápidamente”, dijo.

EL REPUDIO A LA OPULENCIA

Sin embargo, la tercera teoría de Villarreal Reyes acerca de las causas por las que el Teatro García Carrillo quedó reducido a cenizas nada tiene que ver con asuntos de la farándula, dado que en su libro refiere: “…la obra ya había sido presentada en el García Carrillo la noche del martes 5 de agosto de 1913. Y nada pasó”.

El fastuoso teatro representaba a la burguesía porfirista. Era costumbre por aquellos tiempos que la gente pudiente de la época se desplazara desde Torreón o Monterrey para presenciar exclusivos espectáculos en el García Carrillo de esta capital.

Casi al mismo tiempo se construyó el Teatro Obrero, y en ese hecho, Arturo Villarreal basa su teoría de que el suceso fue un ataque con tintes políticos, de rechazo a la aristocracia porfirista.

MAJESTUOSO
* Características

» Fachada estilo renacimiento rematada por una cúpula metálica de aire francés.

» Puertas con vidrios emplomados.

» Taquilla de mármol en el vestíbulo.

» Foyer con tres crujías separadas por columnas metálicas.

» La sala asumía la forma de una herradura.

» Tenía capacidad para 700 personas, entre el patio de butacas, plateas y palcos.

» Las paredes, pisos, escaleras y pasillos estaban construidos de piedra, ladrillo y concreto.