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Grupo Zócalo
Publicado el jueves, 23 de octubre del 2025 a las 04:20
Ciudad de México.- La industria mexicana de vehículos pesados enfrenta una nueva turbulencia comercial. Washington confirmó la imposición de un arancel de 25% a los camiones fabricados en México que ingresen a Estados Unidos, medida que entrará en vigor el próximo 1 de noviembre y que podría golpear directamente a los principales exportadores del segmento: Freightliner, International y Kenworth.
El anuncio llega en un momento en que el comercio automotriz entre ambos países aún se ajusta a las reglas del T-MEC, y abre un frente de incertidumbre para los fabricantes instalados en México, cuya producción depende en gran medida del mercado estadunidense.
Lo que fue liberado por el Gobierno estadunidense detalla que un arancel de 25% será aplicado a camiones y tractocamiones con contenido no estadunidense a partir del 1 de noviembre, mientras que para el caso de autobuses se fijó un impuesto general de 10 por ciento.
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Nosotros estamos, y queremos conocer más detalles al respecto, para poder entender más a detalle cuáles son los impactos completos de esta medida. Todavía no se tienen todos los detalles”, comenta Rogelio Arzate, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (Anpact).
La industria de vehículos pesados representa un engranaje clave en la economía mexicana. El año pasado alcanzó una producción de 213 mil 241 unidades y opera 13 plantas de ensamble y una más de motores en el país, lo que equivale al 1.3% del PIB manufacturero nacional.
En empleo, su peso también es significativo: más de 28 mil 600 puestos directos y alrededor de 84 mil indirectos, de acuerdo con cifras de la Anpact.
A pesar de que 84% de las ventas internas de camiones provienen de manufactura nacional, el verdadero mercado para las grandes armadoras está al norte del Río Bravo. Freightliner, International y Kenworth concentran buena parte de su producción en exportaciones hacia Estados Unidos.
Freightliner, International y Kenworth
Freightliner, de origen estadunidense, es el caso más evidente. La compañía opera dos plantas en México: una en Santiago Tianguistenco, Estado de México, abierta en 2003, y otra en Saltillo, Coahuila, que comenzó a operar en 2009.
De enero a septiembre de este año, Freightliner produjo 60 mil 864 unidades, de las cuales más de 56 mil se destinaron al mercado estadunidense. En otras palabras, alrededor de 93% de su producción depende de ese destino.
International, propiedad de Navistar, mantiene una exposición similar. Su planta en Escobedo, Nuevo León, opera desde 1998 y es uno de los principales centros productivos del grupo en América del Norte.
Kenworth, con planta en Mexicali, Baja California, tiene una dependencia menor, aunque no ajena. De las 11 mil 613 unidades producidas este año, alrededor de 37.5% fue enviado al mercado estadunidense.
En conjunto, estas tres marcas concentran la mayor parte de las exportaciones mexicanas de camiones pesados, por lo que el impacto potencial del arancel podría extenderse a toda la cadena de suministro.
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