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Grupo Zócalo
Publicado el viernes, 17 de octubre del 2025 a las 04:14
Ciudad de México.- Manuel Espinosa se presenta como “exindustrial”. Desde hace meses, sus instalaciones están detenidas y sus trabajadores, liquidados. Durante años, Espintex, su empresa textil en Huejotzingo, Puebla, fue ejemplo de innovación: producía 500 toneladas de hilo de algodón al mes, abastecía a tejedores de prendas de punto y a la industria de la mezclilla de alta gama.
Su historia es la radiografía de un programa que nació como promesa de competitividad y terminó ahogado en irregularidades: el de la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación (Immex).
Espinosa Maurer habla desde la experiencia personal y desde su cargo como presidente de la Comisión de Aduanas de la Concamin. “Se ha malinterpretado cuando hablamos del abuso del programa Immex como que no estamos a favor. Sí lo estamos. Estamos en contra de su mal uso”.
El programa fue creado en 2006 para permitir a las empresas importar insumos libres de impuestos, siempre que los transformaran y exportaran. Era la pieza que faltaba para consolidar a México dentro de las cadenas globales de valor y a la maquila nacional como engranaje esencial de la economía norteamericana.
El problema surgió cuando la regla dejó de cumplirse. Con el tiempo, se multiplicaron las denuncias de mercancías que nunca salían del país. Llegaban como importaciones temporales y terminaban en el mercado interno a precios imposibles de competir.
El escrutinio sobre las empresas Immex se volvió más severo desde la Secretaría de Economía con el actual Gobierno. Varias auditorías apuntaron a sectores altamente dañados por la entrada de insumos bajo Immex. En los del calzado y del textil, más de 70% del mercado está controlado por la ilegalidad. “No le tenemos miedo a la competencia, pero sí a un piso disparejo”, dice Alejandro Malagón, presidente de la Concamin.
Cada año, Economía daba de baja alrededor de 300 empresas Immex. Era un número estable, parte del proceso natural de depuración administrativa. En 2025, el registro se disparó a 416 cancelaciones, un pico que ilustra la magnitud del abuso, expone Israel Morales, director del Comité de Relación México-EU y Asuntos Internacionales de Index.
El golpe más visible llegó con la Operación Limpieza. En Baja California, Aguascalientes y Jalisco, la SE, a cargo de Marcelo Ebrard, canceló el registro de ocho compañías que simulaban operaciones y habían importado textiles por 24 mil millones de pesos. Con apoyo de la Guardia Nacional y la Unidad de Inteligencia Financiera, desmanteló cinco empresas fachada con importaciones de calzado por 9 mil mdp. En Monterrey y Ciudad Juárez, se acusó a LAU Industries de introducir 400 mil toneladas de acero sin trazabilidad, equivalente a la importación trimestral del sector.
‘Se acabó’
En el Salón de la Piel y el Calzado, en León, Guanajuato, el propio Ebrard anunció un decreto que prohíbe la importación temporal de calzado bajo Immex. “Ya basta. Se acabó. Si quieres importar, paga impuestos”, sentenció. Entre 2019 y 2024, las importaciones de calzado se dispararon de 3.7 millones, a más de 40 millones de pares.
La denuncia sobre las llamadas empresas fachada fue aún más cruda. Jael Durán, directora general de Index, asegura que gran parte de las compañías dadas de baja en 2025 entra en ese supuesto. “Varias importaban insumos, sobre todo, de Asia, que nunca transformaban ni enviaban al extranjero. Se movían como contrabando en el país. Incluso me atrevería a llamarlas ‘fantasmas’”.
Las aduanas son la primera línea de defensa, resume Espinosa. “Los agentes aduanales deben ser nuestros aliados, pero cuando no actúan bien, deben tener consecuencias”. La Agencia Nacional de Aduanas de México lo confirmó al cancelar 41 patentes vinculadas con operaciones ilegales bajo Immex.
Index presentó al Gobierno sus propuestas para lo que será Immex 4.0, una renovación del programa, para blindarlo frente a abusos y modernizar la plataforma. Plantea mayor facilitación comercial, incremento del contenido nacional, sustitución de importaciones y generación de empleos en manufactura avanzada.
Incluso Claudia Sheinbaum ha mostrado interés en la revisión del programa al reconocerlo como estratégico pero vulnerable al mal uso. De si la depuración logra erradicar a quienes violan las reglas o si Immex 4.0 concreta una reinvención, dependerá de que el esquema deje atrás los años de abuso y recupere su objetivo: ser un motor de competitividad y no un festín para la ilegalidad.
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