El pasado 13 de noviembre, la Cámara de Diputados aprobó en lo general y en lo particular el Presupuesto de Egresos Federal 2021 (PEF 2021). Las erogaciones para el próximo año suman un monto de 6 billones 295 mil 736 millones 200 mil pesos.

Esta asignación de recursos presenta un decremento de 0.3%, en cifras reales, con respecto del presupuesto del año en curso. El presupuesto aprobado presenta un duro golpe a las 32 entidades federativas, al disminuir su presupuesto en 182 mil millones de pesos con respecto al 2020, monto que se destinará en gran parte a las megaobras del Gobierno federal, lo que pone en tela de juicio el persistente discurso del Gobierno federal de priorizar las urgencias sociales.

Ante este hecho, la Alianza Federalista ha manifestado su preocupación y desaprobación, ya que los recursos se han centralizado, dejando a estados y municipios vulnerables en plena recesión económica.

Para el caso de Coahuila, el recorte asciende a 7,073,413,375.71 pesos, lo cual es equivalente a la recaudación de 22% del Impuesto Sobre la Renta (ISR) a nivel nacional en junio del 2020. El estado al que más fuerte impactó este paquete presupuestal es Colima, con una reducción de 16.65% con respecto al año anterior. Entre los estados de la Alianza Federalista, Nuevo León es el único que presenta un aumento en su presupuesto, sin embargo, es solamente de 2.94%, en términos reales.

A continuación, los principales ramos a los que afecta este recorte presupuestario en las entidades: el sector salud, el cual solamente otorga 53% a las entidades federativas, centralizando el 47% restante. Esta situación desampara a los estados en plena contingencia sanitaria y ante eventos imprevistos que pudieran ocurrir en el transcurso del año.

En agricultura y desarrollo rural, más de la mitad de los recursos se concentra en proyectos federales, dejando a las entidades con solamente 37% del presupuesto. En este rubro, el estado de Coahuila presenta un ligero incremento en términos reales, sin embargo, este oscila solamente entre 0.3 y 0.5 por ciento.

El gasto en educación pública para 2021 implica un crecimiento nulo con respecto al año previo, y para los estados que conforman la Alianza Federalista, significa una caída en términos reales de 1 a 3%; este recorte,no toma en cuenta la educación a distancia que impera en esta nueva normalidad.

El ramo de bienestar es uno de los más golpeados por este nuevo paquete presupuestal, ya que tampoco se percibe un aumento. Para los estados de la Alianza Federalista se contempla una reducción de recursos de entre 2.9 y 6% real, además de centralizar 56% de los recursos.

En el rubro de Defensa Nacional, la mayoría de los recursos se concentra en la Ciudad de México. Si bien esta es la ciudad más poblada del país, por lo cual es importante preservar el orden, el resto de las entidades también debe garantizar la seguridad a la sociedad, y los recursos destinados a estas para el 2021 son insuficientes, además de presentar una reducción en términos reales con respecto al 2020.

Aunado a lo anterior, se prevé que los apoyos a las empresas de todo tipo sean escasos, ya que se pretende privilegiar a los programas de becas a jóvenes y las pensiones a los adultos mayores; los recursos destinados a estos programas aumentan progresivamente. Algunos de los programas que recibirán menos recursos son el Programa de Microcréditos para el Bienestar, Programa para la Productividad y Competitividad Industrial y el Programa para el Desarrollo de la Industria de Software (Prosoft) y la Innovación.

Debido a la baja inyección de recursos en estos programas, se presenta como consecuencia una incapacidad de generar empleos formales para el siguiente año, lo que retardaría aún más la recuperación de la economía de nuestro país. El acaparamiento de gasto público en becas y pensiones deja un bajo margen de maniobra para destinar recursos a programas clave que ayuden a dinamizar la economía.

La reciente aprobación del PEF 2021 deja marcado un importante recorte a las entidades federativas, las cuales tendrán que continuar haciéndole frente a la crisis económica y sanitaria, por lo que el camino hacia la recuperación se ve cuesta arriba. Esta disminución de recursos se pretende justificar con acciones sociales prioritarias, sin embargo, termina descuidando otros rubros fundamentales en la sociedad, dejando desprotegidos a estados, municipios y la generación de empleos formales.