Arte
Por EFE
Publicado el lunes, 27 de mayo del 2024 a las 12:11
Panamá.- El prolífico escritor mexicano Juan Villoro, Premio Príncipe de Asturias en 2009, otorga una valía especial al arte y al periodismo en la obtención de la verdad, más cuando hoy se vive un “mundo de falsedades” y de gobernantes que las protagonizan.
Villoro, que participó en Ciudad de Panamá en el festival literario Centroamérica Cuenta, que concluyó el domingo, detalló en una entrevista a EFE que “vivimos en la era de la posverdad (…) que es el uso ideológico de la mentira, es decir no se trata de una falacia inocente, sino de una falacia con una intención política o propagandística”.
De forma “muy intensa” esto se ha expresado en las redes sociales y en las plataformas digitales en las que hay “sitios muy visitados que dicen que la tierra es plana, que el holocausto no sucedió, que el ser humano no llegó a la luna, que las vacunas hacen daño”.
Es decir, según el autor de ‘El disparo de argón’ (1991) y de ‘No soy robot’ (2024) -ensayo en el que analiza la lectura y la sociedad digital- “vivimos en un mundo de falsedades y esto ha hecho que muchos presidentes gobiernen diciéndolas”.
Pone como ejemplo de esto una investigación de The Washington Post, que se “tomó el trabajo de medir la cantidad de mentiras que decía Donald Trump en su primer año de Gobierno, y detectó que había más de 2.000 mentiras comprobadas. Sin embargo, podía gobernar al país más poderoso en la tierra”.
Galardonado en el 2004 con el Premio Herralde de Novela por ‘El testigo’, el cuentista y cronista manifiesta en este sentido que “hoy en día la verdad no es requisito de buena conducta política. ¿Significa esto que haya dejado de ser importante? Yo creo que todo lo contrario”.
A propósito echa mano al pensamiento del “gran teórico italiano” Antonio Gramsci que, según recordó, dijo que “la verdad es siempre revolucionaria”, para enseguida respaldar que “esto es cierto sobre todo cuando la verdad está amenazada. El hecho que se trate de distorsionar, de perseguir, de hacer a un lado la verdad le da mayor fuerza”.
Villoro (México, 1956) igualmente mencionó a la poeta rumana Ana Blandiana, galardonada el 23 de mayo con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2024, para quien, destacó, “las palabras son los únicos especímenes que se refuerzan cuando se les persigue y cuando se tratan de extinguir”.
“En efecto, cuando una palabra resulta peligrosa realza su fuerza, y eso es lo que está pasando hoy en día con la verdad, está tan distorsionada que esto simple y sencillamente nos hace pensar en lo importante que es”, indicó el novelista, Premio Iberoamericano José Donoso (2012) y Premio Internacional de Periodismo Rey de España (2010).
De allí, agregó, “el significado del periodismo y del arte, que son maneras de tratar de acceder a eso que a muchos nos parece temible que es la obtención de la verdad”.
En esa perspectiva, el ensayista y cuentista mexicano reiteró la importancia del rol que juegan los periodistas como “intérpretes de lo real”, ya que, señaló, se está en la actualidad en la era de los “grandes populistas y los grandes demagogos de distinto signo”.
Todos ellos “apelan a la construcción de un simulacro, se convierten en presidentes que no necesariamente cumplen con promesas concretas, sino que lo que hacen es encarnar un personaje; lo mismo pasa con las ‘fake news’ y la gente que es famosa por ser famosa (…) sin otro fundamento que el hecho de reproducirse estadísticamente”.
“Entonces, uno de los grandes desafíos es tratar de distinguir los molinos de viento que nos parecen gigantes de los gigantes verdaderos, es decir la ensoñación y hechizo que vivió el Quijote lo vivimos todos los días ante la pantalla, y debemos discernir qué es real y qué no lo es”, insistió.
En este último libro de no ficción (publicado por Anagrama), a Villoro le pareció oportuno abordar un asunto “esencial” de este tiempo y que a su decir radica en el hecho de pertenecer a la “primera generación de la especie que debe demostrar que no somos máquinas”.
Y esto, apuntó, “curiosamente” se da ante máquinas que disponen de “una casilla que nos pide que declaremos que no somos robots”, por lo que le pareció importante reflexionar con respecto a “qué es lo humano hoy en día, qué es lo que todavía nos distingue de las máquinas a partir del instrumento fundamental del que me he servido que es la lectura”.
“Se trata de ver nuestro tiempo y costumbres a partir de la forma en que leemos hoy, cómo está cambiando, qué preservamos de otros usos, qué debemos hacer; es en buena medida un libro militante, un libro de combate que procura defender la importancia de la letra y de la cultura en un mundo en donde poco a poco somos sustituidos por mecanismos”, concluyó.
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