Todos atravesamos circunstancias en nuestro día con día que pudieran parecer un ataque meramente personal. Y el motivo por el que nos atrapamos con los conflictos es porque les damos la importancia personal o porque consideramos que giran a nuestro alrededor. Y es que desde que éramos pequeños, aprendimos a tomarnos las cosas personal. Pero la realidad es que nada de lo que los demás hacen es por ti: lo hacen por ellos mismos. Cuando nos tomamos personalmente lo que alguien nos dice, suponemos que sabe lo que hay en nuestro mundo e intentamos imponérselo por encima del suyo. Incluso cuando algo parece sumamente injusto, no es personal.
“No te tomes nada personal” es el 2do acuerdo del Dr. Miguel Ruiz sobre la sabiduría tolteca, y me ha dado mucha luz durante varias circunstancias en mi vida que hoy quisiera compartir con ustedes. En ocasiones nos enganchamos con algo que nos causa mucho dolor. Y ese repasar esa película, repasar lo que la persona dijo, hizo o las opiniones, responden a los acuerdos que ha establecido la otra persona en su mente. La otra persona con todo su actuar, se refiere a todo su ser, su mente, sus sentimientos, sus creencias, sus experiencias, sus opiniones. Y así hayas sentido que la persona intenta enviarte su veneno, si te lo tomas personal, lo recoges y se convierte en ti. En una parte de su libro, Ruiz dice… “Te comes la basura emocional del otro y la conviertes en tu propia basura. Pero si no te tomas las cosas personal, serás inmune al veneno aunque te encuentres en medio del infierno. Esta inmunidad es un don de este acuerdo”.
Y es que cuando te tomas las cosas personal, te sientes ofendido y reaccionas defendiendo tus creencias y creando conflictos. Haces una montaña de un grano de arena porque sientes la necesidad de tener razón y de que los demás estén equivocados. También te esfuerzas en demostrarles que tienes razón, dando tus propias opiniones. Y de la misma forma, cualquier cosa que sientas o hagas no es más que una proyección de tu propio sueño personal, un reflejo de tus propios acuerdos. Lo que dices, lo que haces, y tus opiniones tienen que ver con tus acuerdos, no con los míos. Y de esa misma forma he de tomarme las cosas.
Yo puedo crear una película en mi mente, en la que yo soy el director, el productor e incluso la protagonista, pero recordando que es mi película.
Así que a partir de hoy, cada conflicto es una película mía y el otro tiene la suya. Si la otra persona piensa que soy maravillosa, no lo dice por mí, no es necesario que ella me lo diga para yo creérmelo. Es meramente su opinión.
Cuando realmente vemos a los demás tal como son sin tomárnoslo personal, lo que el otro haga o diga no nos va a dañar. Si los demás dicen una cosa, pero hacen otra y tú no prestas atención a sus actos, te mientes a ti mismo. Pero si eres veraz contigo te ahorrarás mucho dolor emocional. Si alguien no te trata con amor ni respeto, que se aleje de ti es un regalo. Tal vez en ese momento será doloroso, pero pasará.
Escribe este acuerdo y pégalo en un lugar donde puedas verlo constantemente:
Nada es personal.
Así que suelta, deja de alimentar esas historias en tu mente y sostén tus pensamientos donde está tu paz.
Que nada ni nadie te quite la armonía ni te roben tu paz.
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