El negocio de los dulces artesanales en apariencia está en desuso, sobre todo si los vemos en los grandes almacenes nacionales, en donde son sometidos a una competencia encarnizada con productos industriales con marketing y envolturas glamorosas.

No obstante, en los mercados internacionales como Estados Unidos, Brasil y naciones del mundo árabe y de Asia son fieles consumidores de los dulces artesanales que se llegan a exportar.

Saltillo fue la tierra del perón y del membrillo en los años 40, había cientos de huertas, pero se acabó el agua y ahora son fraccionamientos. Los dulces se fabricaban con frutos como el durazno y el tejocote, así como membrillos en almíbar, cajeta de membrillo, el suadero, cajeta de guayaba, rollos de nuez, quesos de nuez y piñón, los cuales han permanecido a pesar de todo, pero solo requieren impulso y la valorización de las nuevas generaciones.

Hay dulces más chicos como los de leche quemada, las obleas, las peras de canela y una variedad de dulces de leche, frutas cristalizadas, pero ahora la gente prefiere el dulce industrial, lleno de colorantes y endulzantes artificiales, aunque con una gran presentación.

Si usted ha ido a un almacén donde venden toda clase de dulces, no se aguanta el olor a químicos. Hace unos días llegó un representante de una compañía ofreciendo un sustituto de huevo, nos mostró las ventajas que tenía el producto, y yo pregunté: “¿Y el huevo?”. Y contestó: “Bueno, tiene poquito huevo”. Todo por obtener más ganancia.

Las personas que antes se dedicaban a elaborar dulces artesanales, que regresen al mercado, hay muchas personas que los conocen y les va a ir bien. Hay que tener presente que de acuerdo con la Cámara de la Industria Alimenticia, México es el tercer país en América en consumo de dulces, solo detrás de Estados Unidos y Brasil.

Además, a los mexicanos nos agradan los dulces y cada persona consume en promedio 4.5 kilogramos de dulces por año, lo cual resulta muy beneficioso para la industria de la confitería.

Un dato importante que debemos conocer es que los dulces típicos mexicanos fueron declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco desde 2010; son un sector fuerte de la confitería, dado su sabor difícil de emular en el mundo.

Invertir en las diversas maneras de venderlos, incluyendo las ventas en línea, favorece al crecimiento de la industria.

¿Cuál es la ventaja de los dulces artesanales? Son naturales y libres de aditivos que pueden ser perjudiciales para la salud. La frescura y calidad de una elaboración de este tipo está garantizada con ingredientes que son fundamentales en una alimentación sana y equilibrada, como pueden ser el huevo, el aceite o la leche y las mismas frutas naturales empleadas en su elaboración.

Los productores de dulces artesanales deben regresar con mayor fuerza e ímpetu al mercado, incluso buscar exportar, porque fuera de México los dulces son muy valorados.