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La afición saltillense sale bien servida

Publicado el martes, 17 de agosto del 2010 a las 14:00

El estadio se pinta de verde sarapero

Saltillo, Coah.- Desde el comienzo del partido, la alineación de casa regaló a los presentes un sentimiento de euforia que concluyó en un estallido de júbilo

El festejo comenzó desde la primera entrada con tres carreras a favor de Saraperos que los Pericos no pudieron superar durante el transcurso del partido.

Los gritos de euforia por parte de la afición beisbolera no cesaban ante cada movimiento que hacía el equipo de casa para defender con casta de campeón la codiciada corona.

Fue el jonron de Cervantes en la primera entrada lo que provocó el estallido de júbilo de los asistentes, que para festejar el suceso no paraban de tocar las trompetas, las maracas y cuanto instrumento se encontraba a la mano, causando una histeria de alegría pocas veces vista en la ciudad.

La afición se sentía segura y correspondida con el desempeño del equipo de casa.

UNA GRAN FIESTA
“Un cucazo”, repetían a todo pulmón miles de voces al unísono cuando su ídolo del beisbol anotaba sus ya famosos hits. “Te amo Cota” gritaba una admiradora del jugador mientras ondeaba su pancarta por todo lo alto del atiborrado estadio.

Ni un segundo descansó la afición. Poco les importó quedar afónicos de tanto entonar porras, canciones y chiflidos a sus jugadores favoritos. “Yo si le voy, le voy al Sarape”, retumbaba por todo el estadio en la tercera entrada, justo en el momento en que González anotó el séptimo hit.

Lluvias de espuma, confeti improvisado y hasta palomitas de maíz volaban por los aires de los laterales del estadio, mientras, el conejo de la suerte se paseaba de un lado a otro animando a la multitud que ya no cabía de la emoción ante el inminente triunfo de Saraperos en casa.

“A los Saraperos se les respeta en casa, ‘ya me bi- campeón’”, lucía una de las innumerables pancartas de color verde sarapero que los aficionados realizaron para apoyar al equipo de casa y que alzaban ante el más mínimo movimiento que hacían los jugadores para evitar que los Pericos avanzaran.

Ya para la cuarta entrada, la emoción y el hambre se hicieron presentes. La gente que aprovechaban entre entrada y entrada para degustar los taquitos de pollo, las gorditas de picadillo, las tortas de puerco, o un coctelito de camarones para seguir el festejo hasta la madrugada.

EL SABOREADO TRIUNFO
“Vaya desplumada que le vamos a dar a los Pericos”, “Esta noche cenaremos caldo de Perico”, se jactaba la porra sarapera de un extremo a otro al tiempo que hacían la clásica ola para festejar con coronas de plástico en la cabeza y la camiseta del equipo bien puesta.

Ahora los gritos de la afición rayaban en la locura total, una locura compartida de ver a Saraperos jugar como nunca; haciendo historia y dejando el nombre de Saltillo muy en alto.

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