México.- En la delegación Venustiano Carranza, tres hombres viven dentro del reinado de Leonardo Alcalá, a quien consideran la reencarnación del Espíritu Santo, el Dios del “Tercer Tiempo”. El primero: Moisés, fundador del israelismo. El segundo: Jesucristo.

El Universal DF los entrevistó y revelaron detalles sobre cómo viven dentro de este culto religioso, denominado la Sociedad Judictora Reinado de Leonardo Alcalá Leos.

Así vive este trío religioso

Dos de los devotos del reinado rebasan los 75 años, uno más los 35 años. Ninguno ve la televisión, tampoco escuchan la radio o leen los diarios. Su contacto con el exterior es mínimo.

De los muros de sus estancias cuelgan notas periodísticas que fueron publicadas sobre su culto en periódicos a lo largo del siglo XX.

Se describen como personas con los brazos abiertos para todos aquellos que quieran escuchar las palabras de Alcalá. La exquisitez en el trato es su seña de identidad, además de un triángulo rojo que cuelga de sus camisas, que dice: “Esquela Espiritual de Conciencias (sic)”.

Gastan sus días en repartir pequeños volantes sobre el culto en calles aledañas y orar la Ley de Paz Leos: 22 preceptos que Jesús dejó a través de este profeta. Cada uno de ellos los escribió en las paredes de su casa y de su templo en la capital.

Desde los años 90, cuando el culto consiguió la acreditación por parte de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), los devotos renunciaron a todas sus propiedades y a vivir en casa con sus familiares.

Busca contactar al “Jesús chilango”

Víctor García, uno de los devotos, asegura que es en el altar mayor donde llegan espíritus de toda la ciudad para encontrar salvación. En ese mismo punto se comunican con Alcalá.

“Cierre los ojos y concéntrese. Sólo piense en papa Leo”, le dice García al reportero. Coloca su mano sobre su cabeza y pronuncia una oración más los preceptos.

“¿Sintió su abrazo?”, pregunta García frente al altar que es arreglado diariamente por este trío.

Cada domingo, uno de estos hombres toma asiento en una silla color amarilla con el escudo nacional que se ubica en el altar. Desde ahí, leen los preceptos e imparten misa.

Los fieles que asisten a estos rituales vienen sobre todo de Puebla, Veracruz, Aguascalientes y Oaxaca.